domingo, 9 de enero de 2011

TERAPEUTAS DE CUATRO PATAS




Animales entrenados para superar su timidez o bravura, se han convertido en 'mascotas terapeutas'.

Rosario Barrios, veterinaria y fundadora de la Asociación de Mascotas Terapeutas, de Guatemala, asegura que sus perros no son comunes, pues cumplen una labor especial: llevar felicidad y tranquilidad a los pacientes que se encuentran en centros hospitalarios, con cáncer y otras enfermedades terminales.
Cada semana, los propietarios de los 150 canes voluntarios llevan a los perros a diferentes centros de salud de la capital guatemalteca para dejar que los consientan, den la pata y jueguen.
La mejor medicina
"Para dar amor no hace falta ser humano, sólo se necesita un gran corazón y cuatro patas listas para ayudar", ese es el lema que los guía para robárles una sonrisa a jóvenes, ancianos y niños, como Arnoldo Mateo, un chico de 12 años que fue diagnosticado con leucemia y lleva tres años en el hospital.
"Él se pone contento cuando vienen los perros", dice su madre, mientras Arnoldo acaricia con sus pies descalzos a Roco, un Golden Retriever.
Lorena Quel, la dueña de Roco, muestra su satisfacción por llevar alegría a los pacientes. "Es una bonita experiencia: uno sale feliz, porque los niños que están llorando por algún dolor, se calman con los perros", comenta.
Barrios recuerda el caso de un niño al que le amputaron las dos piernas, lo que le provocó una gran depresión. Pero Motita, una de sus mascotas, que está discapacitada y usa un carrito en las patas traseras, fue el aliento para que el niño aceptara utilizar la silla de ruedas.
"Somos conscientes de que no podemos curar a los enfermos, pero nuestra misión es hacerlos más felices y mejorar su calidad de vida. La visita de los perros genera una actitud positiva en los enfermos", asegura Barrios y añade que los médicos aprueban las visitas porque ven en ellos una herramienta terapéutica de salud emocional.
Los requisitos
Para ser una mascota terapeuta, los perros deben ser adiestrados durante unos ocho meses, pasar una evaluación con una puntuación de mínimo 70 puntos sobre 100, caminar con correa junto al dueño, sin tirar de ella, y responder a las instrucciones: hola, sentado, echado y quieto.
Tener más de seis meses, contar con un certificado de salud, acumular 20 horas de servicio y ser sociables y amigables, todo para poder cumplir a cabalidad con la noble misión que tienen en sus vidas. 
Animales maravillosos
Estos perros son seres especiales, capaces de acompañar y escuchar a las personas sin prejuicio o discriminación. Sin ningún interés ayudan a los convalecientes y les devuelven la sonrisa a los deprimidos.
Su actitud amigable y juguetona hace que los pacientes se relajen y olviden sus enfermedades, aunque sea por unas cuantas horas. 

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