lunes, 24 de enero de 2011


'Los dinosaurios siguen viviendo entre nosotros', dice paleontólogo


Fernando Novas ha hallado algunos de los dinosaurios más grandes.

Fernando Novas

Fernando Novas, uno de los paleontólogos más famosos del mundo, estará en Bogotá.

El primer dinosaurio de su vida lo descubrió a los 11 años, en el fondo de una librería. Allí estaba, estampado en la portada de un libro de animales prehistóricos del ilustrador checo Zdenek Burian.
Ese día cualquiera de 1971, el argentino Fernando Novas supo que dedicaría su vida a escarbar el pasado, el mundo sin tiempo que estudia la paleontología.
Hoy es uno de los mejores del mundo en su campo. Como doctor en ciencias de la Universidad de La Plata y jefe del Laboratorio de Anatomía Comparada del Museo Argentino de Ciencias Naturales,Novas ha descubierto en Argentina algunos de los dinosaurios más grandes del planeta, y además, el que ha sido considerado uno de los hallazgos más importantes de la historia: los restos del hermano mayor de las aves, el dinosaurio más cercano a los pájaros conocido hasta el momento y que él bautizó como Unenlagia, palabra que en lengua mapuche quiere decir 'mitad pájaro'.
Éste era un ejemplar terópodo, que indica que era carnívoro y tenía un pie bestial.
Medía 2,30 metros de largo y 1,20 de alto, con patas delanteras en forma de alas, con rasgos de avestruz y parecido a los velocirraptores que Steven Spielberg hizo famosos en su película Parque Jurásico. Tuvo sus días de gloria en la Patagonia argentina durante el cretácico superior, hace 90 millones de años.
¿Qué mensaje nos envía el hallazgo del Unenlagia?
Unenlagia nos demuestra que los dinosaurios no se han extinguido. Las aves, como un águila, una paloma, un cóndor, un colibrí, hasta una gallina, forman parte de su árbol genealógico; son dinosaurios. Caminar en dos patas fue un invento evolutivo de los antepasados inmediatos de los dinosaurios. En algunos grupos los brazos se alargaron para depredar y se emplumaron para convertirse en alas.
Siempre se dice que los dinosaurios se extinguieron en su totalidad hace 65 millones de años. ¿Esto queda entonces revaluado?
Sí. Ellos vivieron 160 millones de años y tuvieron un frondoso árbol genealógico. En el Cretácico se produjo una extinción masiva. Muchos seres vivos y casi todas las ramas del árbol de estos animales prehistóricos se extinguieron, pero hubo un grupo de dinosaurios emplumados que sobrevivió: las aves, seres que han seguido evolucionando hasta hoy.
Novas estará en Bogotá el próximo 8 de febrero dictando una conferencia en el Gimnasio Moderno -como parte de la exposición Era de Dinosaurios- en la que hablará de sus más importantes trabajos.
Como por ejemplo, el hallazgo en 2003 del más grande dinosaurio del mundo de la estirpe de los raptores. Medía entre 5 y 6 metros de largo y fue bautizado como Austroraptor. Seguramente, en esa misma charla, mencionará al Puertasaurus, un herbívoro que encontró en una expedición -también en La Patagonia- y que es, junto al Argentinosaurus, la criatura más grande que ha vivido en la Tierra. Y no olvidará aquella garra en forma de daga, de algo más de 30 centímetros, que detectó compactada en el suelo y que hacía parte de un depredador que denominó 'Megaraptor namunhuaiquii', que significa 'gran raptor con pie de lanza'. Eso basta para suponer que era una criatura que no sobresalía por su ternura. Los paleontólogos lo definen en una sola palabra: implacable.
¿En estos descubrimientos, qué tanto peso tiene la suerte?
Nosotros logramos un equilibrio perfecto entre suerte, interés, persistencia y estudios científicos; detectar la existencia de fósiles, algunos de ellos marinos, o analizar el curso de un río, por ejemplo, es un primer paso.
Cuando halló al Puertasaurus, dice, lo primero que vio fue una vértebra, tan grande como la rueda de un tractor, que correspondía a su espalda. A partir de allí, pudo concluir que este animal podía medir algo más de 35 metros y pesar 100 toneladas. Le puso Puertasaurus para honrar a Pablo Puerta, uno de sus colaboradores que fue el primero que lo detectó.
Me imagino que la gran pregunta por responder es por qué Argentina está dando tantos descubrimientos y, principalmente, de los representantes más gigantescos de los dinosaurios.
No lo sé, ya quisiera tener esa respuesta. Tampoco se sabe con certeza por qué algunos fueron tan grandes. Además porque no es correcto decir que se extinguieron por el hecho de ser gigantes. Hay que decir que fueron realmente exitosos y crecieron tanto por la necesidad que tenían de sobrevivir.
¿Cuál es la justificación para dedicar toda una vida a estudiar a estos 'lagartos terribles', como los llaman algunos?
Como habitantes circunstanciales del planeta, conocer a los dinosaurios nos pone en perspectiva histórica. Ellos nos enseñan que la Tierra cambia y que debemos ser modestos, no somos sus dueños y mientras más desórdenes causemos mayor va a ser la deuda que tendremos que pagar. Además, más allá del interés científico, estos hallazgos deben hacer parte del desarrollo cultural de nuestros pueblos.
Este experto, cuyas expediciones han recibido varias veces el apoyo de la National Geographic y quien extrañamente no es un apasionado del fútbol como el promedio de los argentinos, dice en su libro Buenos Aires, un millón de años atrás, que gliptodontes (parecidos a un armadillo), megaterios (similares a un oso), mastodontes (familiares del elefante) y tigres dientes de sable fueron amos de las pampas. Pero esa escena, aclara, pudo repetirse en muchos países del continente.
¿Se podría hablar de algo similar si alguien escribe un libro llamado 'Bogotá, un millón de años atrás', o 'Lima, un millón de años atrás'?
Claro, en estos países está todo por hacer. Suramérica es tierra de dinosaurios.
¿Por sus hallazgos uno puede concluir también que los dinosaurios no siempre fueron gigantes ni tuvieron la Tierra bajo su dominio?
Había muchos dinosaurios, algunos tan pequeños como un cuervo, pero no vivían solos, compartían espacio con otras criaturas como peces, cocodrilos, mamíferos, reptiles voladores (terosaurios), cocodrilos. Ellos se desarrollaron en un mundo increíble y tan megadiverso como el actual.

JAVIER SILVA HERRERA

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