lunes, 24 de enero de 2011

INVESTIGACION DE DERECHOS HUMANOS


Human Rights Watch acusa a la ONU y Europa


La organización no gubernamental de carácter internacional, Human Rights Watch (HRW), denunció que las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) utilizan “guantes de seda” para presionar a los regímenes que violan los derechos humanos. Además señaló a Estados Unidos por sus disparidades raciales en su sistema judicial.
Imagen de Human Rights Watch acusa a la ONU y Europa
El presidente de Sri Lanka se dirige al auditorio durante una conferencia en la sede central de la ONU, en Nueva York - AP
La ONU y la Unión Europea cometen un error "alarmante" al apostar por la política del "guante de seda" en vez de la condena pública para presionar a los regímenes que violan los derechos humanos en el mundo, denunció Human Rights Watch. La organización, basada en Nueva York, deplora el "fracaso de los países supuestamente campeones" de estos derechos a la hora de influir en la actitud de los Estados represivos.

Estas naciones tratan "con guantes de seda a los abusadores. La Unión Europea  y otros gobiernos deben ejercer presión para generar cambios", advirtió el informe, que tacha esa política, también practicada por las Naciones Unidas, de "equivocada" y "alarmante".

De acuerdo con el director ejecutivo de la ONG, Kenneth Roth, el fallo fundamental del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y de "muchos países miembros" de la Comisión de Derechos Humanos es anteponer el "diálogo y la cooperación" a todo tipo de presión pública.

Ban Ki-moon "sobrestima su capacidad de persuasión mediante contactos personales con gente como el presidente sudanés, Omar al Bashir, el jefe de la junta militar birmana, Than Shwe, y el presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa", agregó el informe.

La UE "parece haber adherido" a esta política, como lo demuestra el hecho de que su jefa de la diplomacia, Catherine Ashton, "exprese de forma repetida su preferencia por una diplomacia tranquila, independientemente de las circunstancias". El director general reprocha sobre todo a la UE la política "servil" de los 27 miembros con Uzbekistán -cuyo presidente, Islam Karimov, era esperado en la capital belga para entrevistarse con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso-, y de Turkmenistán.

En el informe además se arremete contra "las grandes democracias del Sur, como Brasil, Sudáfrica e India", que también "privilegiaron acciones discretas" frente a los gobiernos de conducta reprensible. En Europa: Alemania, Francia y Gran Bretaña son juzgados complacientes junto a China y su política de derechos humanos.

Pero estos no son los únicos en hacer la vista gorda hacia Pekín. "Hay una cobardía casi universal frente al deterioro de las libertades civiles en China", denunció HRW.  Estados Unidos es criticado también por haber evitado "intervenir enérgicamente frente a, por ejemplo, China, India e Indonesia" en momentos en que era necesario.

Entre el centenar de países examinados, el régimen norcoreano se encuentra en primera línea por su sistema de gulag, en el que se cree que unas 200.000 personas se hallan detenidas en condiciones atroces.

En América Latina, la situación de los derechos humanos es considerada "precaria" en Venezuela por "la dominación" del gobierno de Hugo Chávez del poder judicial y el "debilitamiento" de la democracia. Cuba es acusada de ser el único país del continente que "reprime casi todas las formas de disidencia política". El informe arremete, además, contra la violación de derechos humanos por parte del crimen organizado en México y Guatemala, mientras en Colombia denuncia, de nuevo, el terror que ejercen las bandas paramilitares.

La impunidad de la que gozan los autores de violaciones masivas en varios países africanos, desde Costa de Marfil a Chad, también figura en el punto de mira de HRW, que acusa especialmente a la República Democrática del Congo.

Un "gran momento" en favor de los derechos humanos en China fue la concesión del Premio Nobel de la Paz al disidente Liu Xiaobo, pero "las reformas legales adoptadas por Pekín sobre la validez de las pruebas obtenidas bajo tortura quedaron en papel mojado".

Aunque Rusia se mostró "más abierta a la cooperación internacional en derechos humanos", el "clima general en el país sobre esta materia sigue siendo profundamente negativo", estimó la ONG.

ÁFRICA Y EL PETRÓLEO

Los países petroleros de África escapan ampliamente de las críticas de Occidente pese a las prácticas represivas y a una corrupción generalizada. Los países occidentales hacen la vista gorda cuando se trata de denunciar especialmente los abusos cometidos por las autoridades de Nigeria y Angola, que rivalizan para convertirse en el primer productor bruto del continente, con alrededor de dos millones de barriles diarios cada uno, según la ONG basada en Nueva York.

La "corrupción endémica" reina en la capital angoleña, Luanda, donde hubo en 2010 un "deterioro de los derechos fundamentales, como la libertad de expresión e información". Pero sus "socios comerciales se muestran dubitativos a la hora de criticar al gobierno para proteger sus intereses económicos".

En Nigeria, el informe denuncia "abusos policiales generalizados", "la malversación de enormes recursos petroleros" y la "impunidad" de la que gozan los autores de violaciones de derechos humanos. Pero, una vez más, "el papel de potencia regional de Nigeria, sus exportaciones de petróleo y su contribución en las tropas de mantenimiento de la paz de la ONU, hacen que los gobiernos extranjeros, como Estados Unidos y Gran Bretaña, sean reticentes a criticar públicamente el país".

Guinea Ecuatorial, donde reina la "corrupción, la pobreza y la represión", según el informe, se beneficia también de la riqueza petrolera. Washington, cuyas empresas dominan el sector petrolero, se contentó "de tomar algunas medidas" contra el régimen, mientras que España, ex potencia colonial, es "rechaza por ejercer toda presión".

En cambio, la organización subraya progresos en Guinea, donde "tuvieron lugar las primeras elecciones libres y justas desde la independencia en 1958", gracias sobre todo a las presiones de la comunidad internacional.

BRASIL

La violencia policial acompañada de impunidad y un sistema carcelario "inhumano" son los principales desafíos que enfrenta Brasil en materia de derechos humanos.

De acuerdo con el documento sobre 2010, Brasil "consolidó su lugar como una de las más influyentes democracias en asuntos regionales y globales", pero aún enfrenta enormes desafíos en materia de derechos humanos, inclusive la revisión de su pasado político reciente.

El documento de HRW destaca la violencia policial como uno de los problemas más graves y asegura que apenas en el estado de Rió de Janeiro la policía fue responsable por 505 muertes violentas en el primer semestre, casi a un promedio de tres muertes por día. La policía insiste en que esas muertes ocurrieron en actos de "resistencia armada", y ello impide que las circunstancias en las que ocurrieron esos incidentes sean investigadas de forma correcta.

El documento de HRW también denuncia la existencia de un sistema penitenciario con "condiciones inhumanas", donde predominan la violencia, el hacinamiento y la tortura, y donde se verifica un elevado número de casos de Sida (HIV) y tuberculosis. "El uso de tortura es un problema crónico en el sistema carcelario", afirmó categóricamente el documento, para añadir que grupos organizados dominan el interior de las cárceles.

Brasil determinó la creación de una comisión de Verdad para investigar violaciones a los derechos humanos cometidas durante el régimen militar (1964-1985), aunque la implementación del proyecto aún depende de la aprobación del Congreso.

En el plano internacional, destaca el informe, Brasil propuso en 2010 que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adopte un método de trabajo "de más cooperación y menos confrontación".

ESTADOS UNIDOS

El informe de la organización de derechos humanos critica a Estados Unidos por las "abrumadoras" disparidades raciales en su sistema de justicia penal, y las deficiencias en su enfoque sobre la inmigración y lucha contra el terrorismo.

En el sistema penitenciario estadounidense, que aún tiene la mayor población mundial de reclusos, 2.297.400, según las últimas cifras de junio de 2009, los hombres negros no-hispanos son encarcelados a una tasa seis veces mayor que la de los hombres blancos no-hispanos, explicó HRW. Esta disparidad "no puede explicarse únicamente por diferencias en la conducta criminal". En 2009, uno de cada 10 hombres negros de 25 a 29 años estaba preso, mientras que para los hombres hispanos la proporción era uno de cada 25, y para los blancos, de uno de cada 64.

"Los ciudadanos estadounidenses gozan de una amplia gama de libertades civiles y pueden recurrir a un sólido sistema de tribunales federales y estatales independientes, pero sigue habiendo fallas- sobre todo en la justicia penal y de inmigración y en las leyes contra el terrorismo. Pese a las promesas de la Casa Blanca para hacer frente a estas fallas, "el progreso ha sido lento y en algunas áreas, inexistente", agregó el informe.

GUANTÁNAMO

El historial estadounidense de derechos humanos se vio afectado, principalmente, por el fracaso de la administración del presidente Barack Obama de cumplir su promesa de cerrar el centro de detención en la Bahía de Guantánamo, Cuba, para los sospechosos de planificar atentados terroristas.

"La invocación continua del gobierno de una interpretación demasiado amplia de los privilegios por secretos de Estado fue aceptada por varios tribunales, cortando otra posible vía de reparación para las víctimas de la tortura y otros abusos".

El grupo también criticó el traslado de algunos detenidos de Guantánamo a países donde podrían sufrir tortura o malos tratos, incluso uno enviado a Argelia.

Washington se basó en "promesas no vinculantes, y a menudo poco fiables, del país receptor de que los detenidos serían tratados con humanidad". HRW criticó también a la Casa Blanca por no establecer una comisión de investigación de abusos cometidos durante el gobierno del ex presidente George W. Bush.

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