CAMINO VERDE Y AUTOS ECOLÓGICOS.
Para nadie es un secreto que la Humanidad se acerca inexorablemente al límite de algunos de los recursos naturales básicos. Entre estos se encuentran incluso aquellos imprescindibles para la supervivencia misma. De este modo, el desarrollo tecnológico se encuentra ante el reto de garantizar el crecimiento por caminos cada vez más verdes.
La Unión Europea ya tomó cartas en el asunto: ha declarado su intención de reducir al menos en un 20 % el consumo energético de los electrodomésticos para el 2020, y en un marco legal obligatorio, por demás. De esta forma, algo apremiante tal vez, se incentiva el camino para la llamada green computing o informática ecológica.
Desde luego que no bastarán los superproyectos futuristas al estilo de Google, que planea ubicar sus servidores en zonas costeras donde poder acceder a la energía mareomotriz para su funcionamiento. La situación requiere de esfuerzos más mediatos, quizá con pasos más cortos pero sistemáticos.
Por ejemplo, la tan en boga tecnología de pantalla plana para monitores y aparatos de televisión resulta hasta en un 70 % menos eficiente energéticamente que la de cristal líquido o LCD. La situación es compleja, pues los adminículos más ahorradores –aquellos construidos utilizando diodos orgánicos de emisión de luz (OLED), resultan portadores de componentes químicos mucho más peligrosos para el medioambiente que los de sus homólogos menos eficientes.
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