domingo, 20 de febrero de 2011

EN COLOMBIA NO HAY LICENCIA PARA LA CASERÍA DE NINGÚN ANIMAL SILVESTRE.



Especies “prohibidas” en el menú 
En Colombia no hay licencia para la cacería de ningún animal silvestre. Fotos: Enrique Zerda.
En Colombia no hay licencia para la cacería de ningún animal silvestre. Fotos: Enrique Zerda.
Las tortugas terrestres son una de las especies amenazadas, de la Costa Atlántica. Su consumo aumenta en la Semana Mayor.
Las tortugas terrestres son una de las especies amenazadas, de la Costa Atlántica. Su consumo aumenta en la Semana Mayor.
El chigüiro es víctima del tráfico hacia Venezuela, donde en Semana Santa es costumbre consumir este animal.
El chigüiro es víctima del tráfico hacia Venezuela, donde en Semana Santa es costumbre consumir este animal.
 Agencia de Noticias UN– 
El chigüiro, la tortuga y el bagre son algunos de los animales para los que la Semana Santa se convierte en una amenaza a su existencia, debido a la persecución de los consumidores.
Estas son especies en vía de extinción, cuyo consumo indiscriminado aumenta debido a la tradición de no comer carnes rojas durante la Semana Mayor. Por ejemplo, según el biólogo y docente de la UN Enrique Zerda, el chigüiro no solo tiene una amenaza local, sino que es víctima del tráfico ilegal hacia Venezuela, donde la costumbre de consumir este animal, para dicha época, es más acentuada.
“En el país vecino las poblaciones que quedan son muy bajas, por lo cual recurren a las que nosotros tenemos en los Llanos Orientales”, dijo el profesor Zerda.
Y es que no existe licencia alguna para la cacería de ningún animal silvestre como el chigüiro y la tortuga, por lo cual todo el tráfico y consumo de sus carnes es ilegal.
En la costa Atlántica y sus alrededores, la tortuga es una de las más afectadas en Semana Santa. Las tortugas terrestres son uno de los platos más apetecidos, junto con los huevos de la tortuga marina, ambas especies en vía de extinción, pero esta última en mayor peligro.
En lo referente a peces, el bagre enfrenta una persecución de los pescadores por su alta demanda. El problema es que la existencia del animal está amenazada, debido a la pesca indiscriminada, sumado a que en las ciénagas se ha alterado su reproducción.
Si bien es cierto que esta época del año está marcada por tradiciones religiosas, que acogen lo alimentario, la recomendación del profesor Zerda es buscar otras opciones para no poner en peligro la fauna. “Esa costumbre tiene que acabarse. No tiene sentido consumir estos animales, cuando hay alternativas de especies domésticas, como la gallina, y de peces que se desarrollan en estanques”, señaló.
Aunque para el consumidor comer chigüiro, tortuga o bagre puede no ir más allá de satisfacer alguna preferencia alimentaria, el impacto que causa en su entorno es verdaderamente grande. “En la naturaleza todo tiene un ciclo, todo es una cadena. Si una especie desaparece, se afectan todas las que puedan guardar una relación con ésta”, concluyó el docente Zerda.

(Por: Fin/mpt/feb)





















































































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