jueves, 28 de junio de 2012

CAMBIO CLIMÀTICO


Río + 20 dejó solo buenas intenciones
                     Foto: FALSE U.S. EXCEPTIONALISM
If America was truly exceptional it would be able to look at recent weather extremes over the past several years, and acknowledge and do something about abrupt climate and ecological change. The nation's climate inaction and ecological ignorance is more befitting of a backward, uneducated, authoritarian nation.


Conferencia ambiental de la ONU concluyó con muchas ideas y pocos compromisos.

Los líderes mundiales de 193 países concluyeron el viernes la Conferencia Río + 20 para el desarrollo sostenible, de la ONU, con un tibio apoyo a la economía verde, que quedó en el tintero de las buenas intenciones, relegada por las urgencias de la crisis económica y dejada a la suerte de la iniciativa privada. Fue la cumbre de las ideas: se lanzaron muchas, pero se dejaron a un lado los compromisos para cumplirlas.

Quedó claro que no habrá sostenibilidad sin reducción de la pobreza. Y también, la importancia de darle impulso a una economía respetuosa con el medio ambiente (economía verde). Sin embargo, se postergó hasta el 2014 la decisión de crear instrumentos financieros para apoyar una transición hacia ese modelo. Un fondo dotado con 30.000 millones de dólares anuales para financiarlo, propuesto por África, América Latina y China, se hundió. Y el modelo encontró muchos detractores entre la sociedad civil, que lo considera una oportunidad de los más ricos para hacer negocios con los recursos naturales.

Los gobiernos se comprometieron a proteger los océanos más allá de las jurisdicciones nacionales y también hablaron de que van a encontrar un indicador diferente al Producto Interno Bruto (PIB), que no solo mida crecimiento económico sino la evolución de los recursos naturales y sociales. Pero frente a estos dos retos no se fijaron metas ni plazos. Algunos países proponían limitar subsidios a energías fósiles para lograr la sostenibilidad energética, pero la frase también quedó en el papel.

Dos puntos para celebrar, tal vez de los pocos que se cuentan como concretos: primero, se decidió fortalecer, como querían Brasil y Estados Unidos, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con un mayor presupuesto y representatividad, ya que todos los países del mundo formarán parte de su consejo de administración. Europa quería ir más allá y crear una Agencia Internacional del Medioambiente, pero se consideró imposible en estos tiempos de 'vacas flacas'. Y segundo: se aprobó la iniciativa colombiana de darles impulso a unos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que plantean la reducción de la pobreza, la masificación de las energías renovables, un freno a la pérdida de fauna y flora y la protección de los océanos (imitando de alguna manera a los Objetivos del Milenio). Un triunfo político nacional -como lo definió el ministro de Medioambiente Frank Pearl- que sin duda le dio oxígeno a la cumbre, pero que tiene una debilidad: comenzará a andar solo desde 2015, previa negociación de metas.

Sin mucho de donde agarrarse, la cumbre acabó dividiendo opiniones. Dilma Roussef, presidenta de Brasil, opinó que Río + 20 era "un punto de partida, no un techo". Otros, como los delegados de Greenpeace, la calificaron con tres palabras: "Otra oportunidad perdida".

Agenda verde: Triunfó multilateralismo

Paula Caballero, directora de Asuntos Económicos, Sociales y Ambientales de la Cancillería, dice que Río + 20 fue el triunfo del multilateralismo, porque el mundo pudo ponerse de acuerdo en una agenda para el desarrollo 'verde'. Explicó que más allá de las críticas que inundaron la conferencia y el escaso volumen de iniciativas concretas, la cumbre de la ONU puso en la mesa principal a Colombia. "Río + 20 será recordado como el escenario donde se lanzaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ideados por el país", dijo Caballero.

Líderes sin rumbo

Jim Leape, director del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), dijo que Río + 20 fue una conferencia sin contenido serio y significativo. "Los líderes mundiales que se reunieron aquí perdieron el rumbo para construir un futuro sostenible, aunque los temas discutidos podrían mirarse como una planta que podría echar raíces", dijo Leape. Frente a esta negligencia, dice, se necesitan acciones civiles -de individuos, pueblos y empresas-. "Debemos apropiarnos de la responsabilidad que los políticos no fueron capaces de asumir", agregó.

REDACCIÓN VIDA DE HOY

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