NO MATÉIS, NI COMÁIS LA CARNE DE VUESTRA INOCENTE PRESA, no sea que os convirtáis en esclavos de Satán. Pues ese es el camino de los sufrimientos y conduce a la muerte. (…) Obedeced, por tanto, las palabras de Dios: “Mirad, os he dado toda hierba que lleva semilla, sobre la faz de toda la tierra, y todo árbol, en el que se halla el fruto de una semilla que dará el árbol. Este será vuestro alimento”.
El Evangelio Esenio de la Paz
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