El avión experimental propulsado por energía solar Solar Impulse despegó de una base en Suiza para realizar un vuelo de 25 horas. Solar Impulse, concebido por el explorador suizo Bertrand Piccard, despegó a una velocidad de 35 km/h de la pista de la base militar de Payerne, en el oeste de Suiza, a poco de las 6:51am. "Si todo funciona bien, debería ser un gran día", declaró Piccard poco antes del despegue. "El objetivo es volar sin combustible y mostrar que podemos ser mucho menos dependientes de la energía fósil de lo que se cree habitualmente", agregó el cofundador del proyecto y piloto André Borschberg.
"Está claro que se trata de algo completamente diferente el terreno de la aviación, destacó Piccard, que ganó fama al dar la primera vuelta al mundo en globo sin escala hace más de diez años. El revolucionario avión tiene como única fuente de energía unas 12.000 células fotovoltaicas que cubren sus alas y alimentan cuatro motores eléctricos de una potencia de 10 caballos de fuerza cada uno y cargan sus baterías de litio polimerizado de 400 kilos.
André Borschberg, ex piloto de combate, debería permanecer unas 25 horas en vuelo a unos 8.500 metros de altura, sin utilizar un piloto automático. El equipo de control en tierra decidió durante el vuelo que el piloto continuará durante la noche. Esta decisión tuvo en cuenta la capacidad del sol para cargar las baterías del avión durante la jornada y los vientos de altura, explicó la responsable de control de vuelo y ex astronauta Claude Nicollier.
Su construcción empezó el año pasado y el objetivo de sus creadores es construir un aparato que afrontará el desafío de dar la vuelta al mundo de aquí a 2013 o 2014. Un primer despegue fue anulado una hora antes de lo programado, debido a la falla de un componente electrónico que fue remplazado luego. El 7 de abril, Solar Impulse había conseguido volar por primera vez y durante una hora y media, en la primera etapa de la serie de pruebas.
Piccard es el último miembro de una dinastía de aventureros. Su abuelo Auguste, que inspiró el personaje del profesor Tornasol en el célebre cómic Tintín, del dibujante Hergé, batió en los años 1920-30 varios récords de altitud en globo. Su padre Jacques bajó a 10.916 metros de profundidad en los abismos de la Fosa de las Marianas.
"Está claro que se trata de algo completamente diferente el terreno de la aviación, destacó Piccard, que ganó fama al dar la primera vuelta al mundo en globo sin escala hace más de diez años. El revolucionario avión tiene como única fuente de energía unas 12.000 células fotovoltaicas que cubren sus alas y alimentan cuatro motores eléctricos de una potencia de 10 caballos de fuerza cada uno y cargan sus baterías de litio polimerizado de 400 kilos.
André Borschberg, ex piloto de combate, debería permanecer unas 25 horas en vuelo a unos 8.500 metros de altura, sin utilizar un piloto automático. El equipo de control en tierra decidió durante el vuelo que el piloto continuará durante la noche. Esta decisión tuvo en cuenta la capacidad del sol para cargar las baterías del avión durante la jornada y los vientos de altura, explicó la responsable de control de vuelo y ex astronauta Claude Nicollier.
Su construcción empezó el año pasado y el objetivo de sus creadores es construir un aparato que afrontará el desafío de dar la vuelta al mundo de aquí a 2013 o 2014. Un primer despegue fue anulado una hora antes de lo programado, debido a la falla de un componente electrónico que fue remplazado luego. El 7 de abril, Solar Impulse había conseguido volar por primera vez y durante una hora y media, en la primera etapa de la serie de pruebas.
Piccard es el último miembro de una dinastía de aventureros. Su abuelo Auguste, que inspiró el personaje del profesor Tornasol en el célebre cómic Tintín, del dibujante Hergé, batió en los años 1920-30 varios récords de altitud en globo. Su padre Jacques bajó a 10.916 metros de profundidad en los abismos de la Fosa de las Marianas.
HACIA UN CIELO ECOLÓGICO
La energía solar está lejos aún de sustituir al keroseno para propulsar aviones, pero las innovaciones del avión Solar Impulse podrían encontrar aplicaciones en sectores como el automovilístico y el espacial, estimaron especialistas. "En lo que se refiere a la aviación comercial, aún se está relativamente lejos" de mover un avión con la sola fuerza de la energía solar, reconoció Pascal Vuilliomenet, de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL). Para este responsable de la coordinación de proyectos de investigación entre el EPFL y el equipo del Solar Impulse, "no tendremos mañana mismo aplicaciones comerciales, aunque diferentes sub-elementos (del prototipo) podrían utilizarse en el futuro".
Según Vuilliomenet, las investigaciones sobre paneles solares llevan mucho tiempo, pero los avances en el terreno de los materiales compuestos (resinas y plásticos) utilizados en el avión que inició su primer vuelo nocturno propulsado por la sola energía solar parecen muy prometedores. La optimización de los motores eléctricos, utilizados para mover las cuatro hélices de Solar Impulse, podría también encontrar aplicaciones en el sector automovilístico, destacó.
Si bien el prototipo es demasiado avanzado para ser adaptado a un vuelo comercial, sus novedades tecnológicas podrían servir para el desarrollo de energías verdes, afirmó Piccard. "Estamos convencidos que si un avión puede volar día y noche sin ningún combustible, nadie podrá decir después que es imposible utilizar las mismas tecnologías para los automóviles, el aire acondicionado, la calefacción, los computadores o los electrodomésticos", insistió.
Anil Sethi, director general de empresa Flisom, especializada en los paneles solares ultrafinos y flexibles, prevé para la energía solar incluso un futuro en la aviación. "Usted nunca podrá tomar un vuelo comercial de Zúrich a Nueva York con un avión impulsado por energía solar. Pero para los que quieren experimentar otro medio de locomoción, por el placer de volar de otra manera, los aviones solares pueden ser una idea interesante", afirmó.
Para Sethi, proyectos como el del Solar Impulse pueden tener también aplicaciones en los vuelos espaciales o, en tierra, para vehículos con algunos componentes que serían alimentados por delgadas láminas solares. En lo inmediato, los carburantes llamados "verdes" menos contaminantes podrían ser utilizados en la aviación, según Robert McIlveen del grupo de investigaciones británico Policy Exchange. "Sería más fácil adaptar los aviones al combustible verde que volverlos a diseñar totalmente para hacerlos funcionar con otras fuentes de energía", en particular la solar, afirmó McIlveen.
Según un informe publicado por el grupo de investigación, la introducción a gran escala de estos combustibles ecológicos permitiría reducir en un 15%, de aquí a 2020, y de 60% de aquí a 2050 las emisiones de gas con efecto invernadero para la aviación en la Unión Europea.
La energía solar está lejos aún de sustituir al keroseno para propulsar aviones, pero las innovaciones del avión Solar Impulse podrían encontrar aplicaciones en sectores como el automovilístico y el espacial, estimaron especialistas. "En lo que se refiere a la aviación comercial, aún se está relativamente lejos" de mover un avión con la sola fuerza de la energía solar, reconoció Pascal Vuilliomenet, de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL). Para este responsable de la coordinación de proyectos de investigación entre el EPFL y el equipo del Solar Impulse, "no tendremos mañana mismo aplicaciones comerciales, aunque diferentes sub-elementos (del prototipo) podrían utilizarse en el futuro".
Según Vuilliomenet, las investigaciones sobre paneles solares llevan mucho tiempo, pero los avances en el terreno de los materiales compuestos (resinas y plásticos) utilizados en el avión que inició su primer vuelo nocturno propulsado por la sola energía solar parecen muy prometedores. La optimización de los motores eléctricos, utilizados para mover las cuatro hélices de Solar Impulse, podría también encontrar aplicaciones en el sector automovilístico, destacó.
Si bien el prototipo es demasiado avanzado para ser adaptado a un vuelo comercial, sus novedades tecnológicas podrían servir para el desarrollo de energías verdes, afirmó Piccard. "Estamos convencidos que si un avión puede volar día y noche sin ningún combustible, nadie podrá decir después que es imposible utilizar las mismas tecnologías para los automóviles, el aire acondicionado, la calefacción, los computadores o los electrodomésticos", insistió.
Anil Sethi, director general de empresa Flisom, especializada en los paneles solares ultrafinos y flexibles, prevé para la energía solar incluso un futuro en la aviación. "Usted nunca podrá tomar un vuelo comercial de Zúrich a Nueva York con un avión impulsado por energía solar. Pero para los que quieren experimentar otro medio de locomoción, por el placer de volar de otra manera, los aviones solares pueden ser una idea interesante", afirmó.
Para Sethi, proyectos como el del Solar Impulse pueden tener también aplicaciones en los vuelos espaciales o, en tierra, para vehículos con algunos componentes que serían alimentados por delgadas láminas solares. En lo inmediato, los carburantes llamados "verdes" menos contaminantes podrían ser utilizados en la aviación, según Robert McIlveen del grupo de investigaciones británico Policy Exchange. "Sería más fácil adaptar los aviones al combustible verde que volverlos a diseñar totalmente para hacerlos funcionar con otras fuentes de energía", en particular la solar, afirmó McIlveen.
Según un informe publicado por el grupo de investigación, la introducción a gran escala de estos combustibles ecológicos permitiría reducir en un 15%, de aquí a 2020, y de 60% de aquí a 2050 las emisiones de gas con efecto invernadero para la aviación en la Unión Europea.
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