martes, 14 de diciembre de 2010

DE COLOMBIA DEPENDE SALVAR LOS JAGUARES.

Estos animales, sagrados en la época prehispánica, ha perdido el 60 por ciento de su hábitat ancestral, es asesinada por los ganaderos y agricultores en su intento por abrir nuevos espacios y se enfrenta a la presión del crecimiento poblacional. Otro perjuicio es la tala que se produce para hacer carreteras, porque destruye el bosque y permite la entrada de los cazadores, que buscan matarlo para comercializar su piel.  Se debe encontrar caminos entre bosques en buen estado -sobrevivientes de la deforestación crónica de América Latina- a través de los cuales las poblaciones de jaguares de Panamá, por ejemplo, entren en contacto con los del norte de Colombia y, como una reacción en cadena, transmitan sus genes. "Este será el corredor genético más grande del mundo, que impediría que familias de felinos vivan en pequeños reductos de selva, transformados en islas, y deban reproducirse entre ellas (como si un humano estuviera obligado a tener descendencia con sus hermanos), aislamiento que es otra causa de extinción y de enfermedades irreparables" Los humanos necesitamos lo salvaje. Parte de lo que nos hace humanos es un componente salvaje. No todo puede ser ciudad, cemento o urbano, nuestro bienestar depende de que los parques y los bosques tengan jaguares.

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